lunes, 25 de marzo de 2013

Contrastar



Suena Beirut en el baño de casa de mis padres. Las burbujas de mi bañera de espuma me hacen cosquillitas en los pies. El único ruido extra, los ladridos de mi perra la loca, agradables, y los anuncios del spoti, desagradables donde los haya. No más claxon, no más "Madam come, Madam look", no autobús, no mugidos de vaca, no más música india estridente, no "Hello, rupies?".
Tengo frio en los hombros y en la rodilla derecha, las partes que me quedan fuera del agua. El agua no está muy caliente, ya he pasado calor suficiente. Necesitaré algunas horas de remojo para devolver el color blanco a mis pies, mi color natural, aunque lo tuviese olvidado. Y sí, daos cuenta, somos blancos.

Escribo por segunda vez en mes y medio, también lo tenia olvidado. El resultado de mi primer escrito, en el reverso de un billete de tren de Ajmer a Udaipur, puede que salga a la luz en unos días.

Se me ha mojado la punta del papel, en lugar de la palabra "remojo" ahora hay una mancha azul que se difumina poco a poco.

Relax.

Ésta es mi vuelta a mi realidad, después de 40 días envuelta en contrastes ahora me dedico a buscar lo que allí no tenía. Pero no nos engañemos, ya lo añoro. A ellos el "chai" les sale mejor y yo no tengo leche de cabra recién ordeñada. Desayuno caracolas danesas, pero nadie me quita mi té y mi fruta con yogur. A cambio, enciendo incienso y me autotransporto durante unos segundos, pero aquí no suenan campanas. Aquí suena James Blunt en el coche de mi madre, clara diferencia al silencio del desierto que suena en el camello.

El agua empieza a estar demasiado fría, como si fuese un hotel barato.

Es mi perra la que teme que la acaricie por si le pego mis pulgas. Redescubro que debajo de usas uñas negras están mis dedos, bienvenidos de vuelta, os he echado de menos. De repente, temo que al lavarme las manos pierda toda la energía que he intentado captar al tocar todos esos edificios que llevan cientos y miles de años mirando impasivos la llegada tanto de fieles como de simples curiosos. Confío en que la energía esté impregnada en mis huesos, para siempre.

Quito el tapón y renuevo un poco el agua. Ahora, está demasiado caliente, como si fuese un hotel barato.

Combino mi antigua ropa occidental (o western, según desde donde la mires) con algo de nueva temporada y ese collar que tanto me costó regatear. Salgo a la calle ¿dónde están las miradas curiosas? Patri, aquí eres normal. Lo más anormal es que estés morenas a estas alturas del año y el mehndi de tu mano derecha.

Y aquí estoy, de nuevo. Ya no tengo que luchar por cruzar las calles y la fruta tiene un precio fijo. El taxista no me tima y mi estómago está en su sitio, que nunca hay mal que por bien no venga.

He cumplido un sueño y ahora tengo mucho tiempo por delante para empezar de nuevo a soñar :)


PD1.: Para los cotillas, algunas fotos de India, en la "Brújula de viajes".
PD2.: Para los tiquismiquis, ya sé que en el link pone "Copenhaguen", he vuelto a mis peleas con blogger :(

5 comentarios:

  1. para los curiosos: no te olvides de seguir contandonos.

    ResponderEliminar
  2. tras ese relajante baño, he vuelto a encontrar a mi hija....Ahora solo temo por el desagüe de la bañera..:)

    ResponderEliminar
  3. Benvinguda de nou!!! Ja tinc ganes que m'expliquis coses dimecres! :)
    Home, ja són uns bons contrastos els de l'India i casa nostra...
    Suposo que una de les coses que més t'ha alegrat, és el poder caminar pel carrer passant desapercebuda no?

    Les fotos són molt i molt xules!!!

    I sí, ja m'he adonat que diu Copenhaguen... jajaja

    ResponderEliminar
  4. me alegra tu vuelta... jajaja... me encantan esos cambios de colores después de un baño... pero la energía, esa no se va por el desagüe, esa se queda ahí fija en ti y no la pierdas nunca... Bienvenida!!!

    ResponderEliminar
  5. Bienvenidísima de vuelta! Algo de esa energía seguro quedó en vos, se siente algo distinto en en cómo escribiste tu post.
    Beso grande!

    ResponderEliminar

¡Requetemuchííííísimas gracias por tu comentario! ☺