Que se acerque "el gran día" es sinónimo de nervios, al menos por mi parte. He vivido esta sensación cada año, con la única diferencia de que año tras año somo más maduros (sin hablar de cronologías, que también, sino psicológicamente) y como tal, más conscientes de que tiene que salir bien. Y no tiene que salir bien sólo porque vaya a haber gente mirándonos, que nos vaya a juzgar. No. Que a mí, probablemente, ya me juzgan cuando canto y bailo por la calle. Tiene que salir bien por amor propio -el mismo amor propio del que hablábamos ayer, el que no te pueden herir-. Porque es una parte de ti que has hecho crecer durante un año y quieres que, antes de "morir", pase a la memoria de todo aquel que lo vea como algo inolvidable. Que pasen los años y puedas decir "¿Te acuerdas cuando representamos Hiroshima mon amour?" y todo el mundo dibuje una sonrisa.
Nervios es sinónimo de ocupar tu mente con teatro cada segundo en el que no estés haciendo algo más importante. Y en estas fechas, a menos de dos semanas del estreno, mi cabeza encuentra pocas cosas más importantes en su lista de prioridades. Arreglar el presupuesto, comprar, crear, hacer escenografía, comprar, crear, coser vestuario (mi madre y mi abuela estarían orgullosas si viesen el vestido de enfermera 50's que nos hemos sacado de la manga, sin más patrón que nuestro cuerpo... creo que pensaban que iba a ser la oveja negra de la máquina de coser), ensayos extra, escribir algo para el folleto (gracias, gracias, gracias ^^), ultimar detalles.
Ultimar detalles, en mi caso, es sinónimo de ser feliz. Tengo que reconocer que nos pone nerviosos y hace que salten nuestras diferencias, o posiblemente solo a mí, que mi estado de mamfíbia (recordadlo aquí) y los nervios a flor de piel me hacen estar más irritable. Pero es un irritable feliz. Y hay quien lo entiende. Compartir los nervios por que todo salga perfecto es sinónimo de haberlo hecho bien hasta ahora, de no quererlo estropear a falta de un último empujón. Todos sabemos que, al final, se llora de emoción.
Mientras, yo me organizo mi atrezo mental y me lleno de energía empapándome en la banda sonora. Solo por la música, Hiroshima mon amour, ya vale la pena :)
los últimos días son los más emocionantes siempre, ¿verdad?
ResponderEliminares pronto, pero ¡mucha mierda!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn mi adolescencia leí el libro y más tarde ví la película...Una bella historia de amor...Suerte con la obra que estáis preparando!!
ResponderEliminarVosotras si que parecéis costureras de los años 50... cómo me gusta la foto! Me recuerda a cuando me tiraba al suelo a sacar patrones y cortar para hacer disfraces de carnaval, con más ilusión que saber.
ResponderEliminarM'encanten les fotos, però sobretot la primera!!! És molt xula Patri.
ResponderEliminarSí, els últims dies són de nervis i estrès... però uffff com m'agrada després el resultat obtingut! Sort tenim que aquest any ho tenim repartit durant quasi tot el mes... :)
Todo saldra bien...por que lo que bien empieza ..bien acaba. La base es buena y teneis que aprovecharla y explotarla. No pongais el punto final....solo un punto y seguido.
ResponderEliminarEn cuanto a las fotos (y los dibujos anteriores), estoy orgulloso de haber puesto mi granito de arena. Besos carixica
Naerrrrrrrrrrviooossssssssssssssss en el fondo, están buenísimos!!! Además, qué buen motivo tenés!! Cortar, recortar, pegar, coser, armar, rearmar, escribir, llorar, reír... el teatro, y la vida misma! :o)
ResponderEliminarVaaamooossss no te pongas gruñona y disfrutá el momento! Que se pasa rápido y uno después lo extraña.
Te mando muchos besos con ánimo de disfrute!
Me gusta tu blog, es mas sin conocerte te diré que creo que me gusta como vives las cosas que haces, se que tu padre (amigo mío) y el resto de tus seres queridos deben de sentirse muy orgullosos de ti, sigue así y nunca te defraudes, saludos Patri Corzo de Torcuato J. Soler caicedo.
ResponderEliminar