jueves, 27 de junio de 2013

Errar



Que, según dicen, es humano.

Desconfiar demasiado, confiar en quien no debía. Hablar de más. Dar consejos que no me aplico. Comprar unas cuerdas de guitarra. Dejar el yoga. Creer en el "para siempre". Soñar. Tener sólo dos ojos. Usar calcetines blancos. Memorizar sin saber lo que digo. Tener prisa. Conformarme. Ser demasiado exigente. Ver la paja en el ojo ajeno. Usar paraguas. Llevar zapatos. Quererme poco. Quererte poco. Quererte demasiado. Tener pocas plantas. Llorar. Escribir en un tren. Hablar con desconocidos. Hablar con conocidos. Enamorarme de la risa. Leer poco. Tener un bloc de dibujo en blanco. Comprar precocinados. No apreciar esos dientes torcidos. Desafinar. Temer la soledad. No conocer a Chékhov. Echarte de menos, y a ti, y a veces también a ti. Tomar decisiones apresuradas. Confundir las opciones. Tener los pies en la tierra. Pensar de más. Callar. Comprar ropa que no me pongo. Aquella cerveza de más. No comer pescado. Temer lo escogido. Ansiar lo rechazado. Entender tarde una frase de teatro. Entender tarde una mirada de más. Seguir al rebaño. Creerme libre. No ponerme crema para el sol. Escribir poco. Esperar algo de alguien. Empatizar en exceso. Morderme las uñas.

Llenar un folio de errores en vez de aciertos. 


[Vuelvo, para desenpolvar 5 horas de reflexiones sobre un tren de Amritsar a Jaipur que llevan días de nuevo en mi cabeza. Ningún sitio es malo para escribir. Ningún tren es demasiado malo para no pensar.]