miércoles, 27 de marzo de 2013

Reflexionar

Tenemos un aire ¿no?



Reflexiones indias, vol.I: Sobre Israel, españoles y hombres.


Desde mi vuelta, gasto mi tiempo libre - 24h al día aprox.- en cualquier cosa, independientemente de su relevancia. Cocinar, pensar en mi futuro, pintarme las uñas, descubrir el mundo infinito de una herboristería, llamar a parientes lejanos, pensar en mi futuro, teatro, comprobar billetes de avión, imaginarme en cualquier otra ciudad, pensar en mi futuro, estudiar las estadísticas del público del blog y ¡oh, wait! una visita israelí.

Una visita israelí no me habría sorprendido lo más mínimo de no ser porque en India nos han preguntado día tras día si eramos israelíes. Con esto pongo mi incultura al descubierto, pero jamás me lo había planteado antes. Reconozco que siempre había culpado a mi padre de nuestra nariz judía, pero no había ido más allá. 
Pero ahora tengo tiempo para investigar y pensar, sobre mi futuro y sobre los israelíes, que tienen afinidad con los hindús porque comparten con ellos ese "odio" contra lo musulmán (esto no me lo invento yo, se lo inventa el que escribió en la Wiki) y por eso se les debe ver mucho por India. Por aquí no se les ve tanto y me refiero exactamente a "no se les ve tanto", porque pasan totalmente desapercibidos.

Para los incultos como yo os diré que: es difícil comprobar mediante Google si nos parecemos a ellos o no. Es triste pero todas las imágenes que aparecen son de guerra, apartheid o palestinos, no vemos tetas, a pesar de ser la gran característica de las imágenes de Google. La cosa cambia si buscas "mujer israelí", entonces aparece Natalie Portman y entonces dices "ah, sí, lógico, nos parecemos muchísimo", porque a cualquier mujer que le digas que se parece a ella le dibujarás una sonrisa en la cara y dejará de investigar cualquier cosa que esté haciendo. Aquí ya aparecen tetas. 

La similitud es tal que yo misma le hablé con mi mejor español a una israelí y es que, resulta, que "...según un estudio de American Journal of Human Genetics, un 20% de la población española actual tiene características genéticas propias de los judíos sefarditas". Van a tener razón los indios.

Como conclusión os diré que los israelíes "male" son como estar en casa pero con ojazos de mirada profunda. Ya en un próximo capítulo, y para las que os gusten las grades barbas, os hablaré sobre los hombres sijs de Punjab (del turbante nos encargaríamos más tarde).



lunes, 25 de marzo de 2013

Contrastar



Suena Beirut en el baño de casa de mis padres. Las burbujas de mi bañera de espuma me hacen cosquillitas en los pies. El único ruido extra, los ladridos de mi perra la loca, agradables, y los anuncios del spoti, desagradables donde los haya. No más claxon, no más "Madam come, Madam look", no autobús, no mugidos de vaca, no más música india estridente, no "Hello, rupies?".
Tengo frio en los hombros y en la rodilla derecha, las partes que me quedan fuera del agua. El agua no está muy caliente, ya he pasado calor suficiente. Necesitaré algunas horas de remojo para devolver el color blanco a mis pies, mi color natural, aunque lo tuviese olvidado. Y sí, daos cuenta, somos blancos.

Escribo por segunda vez en mes y medio, también lo tenia olvidado. El resultado de mi primer escrito, en el reverso de un billete de tren de Ajmer a Udaipur, puede que salga a la luz en unos días.

Se me ha mojado la punta del papel, en lugar de la palabra "remojo" ahora hay una mancha azul que se difumina poco a poco.

Relax.

Ésta es mi vuelta a mi realidad, después de 40 días envuelta en contrastes ahora me dedico a buscar lo que allí no tenía. Pero no nos engañemos, ya lo añoro. A ellos el "chai" les sale mejor y yo no tengo leche de cabra recién ordeñada. Desayuno caracolas danesas, pero nadie me quita mi té y mi fruta con yogur. A cambio, enciendo incienso y me autotransporto durante unos segundos, pero aquí no suenan campanas. Aquí suena James Blunt en el coche de mi madre, clara diferencia al silencio del desierto que suena en el camello.

El agua empieza a estar demasiado fría, como si fuese un hotel barato.

Es mi perra la que teme que la acaricie por si le pego mis pulgas. Redescubro que debajo de usas uñas negras están mis dedos, bienvenidos de vuelta, os he echado de menos. De repente, temo que al lavarme las manos pierda toda la energía que he intentado captar al tocar todos esos edificios que llevan cientos y miles de años mirando impasivos la llegada tanto de fieles como de simples curiosos. Confío en que la energía esté impregnada en mis huesos, para siempre.

Quito el tapón y renuevo un poco el agua. Ahora, está demasiado caliente, como si fuese un hotel barato.

Combino mi antigua ropa occidental (o western, según desde donde la mires) con algo de nueva temporada y ese collar que tanto me costó regatear. Salgo a la calle ¿dónde están las miradas curiosas? Patri, aquí eres normal. Lo más anormal es que estés morenas a estas alturas del año y el mehndi de tu mano derecha.

Y aquí estoy, de nuevo. Ya no tengo que luchar por cruzar las calles y la fruta tiene un precio fijo. El taxista no me tima y mi estómago está en su sitio, que nunca hay mal que por bien no venga.

He cumplido un sueño y ahora tengo mucho tiempo por delante para empezar de nuevo a soñar :)


PD1.: Para los cotillas, algunas fotos de India, en la "Brújula de viajes".
PD2.: Para los tiquismiquis, ya sé que en el link pone "Copenhaguen", he vuelto a mis peleas con blogger :(