Las pequeñas cosas.
En este "Nasty Monday" después de un más que disgusting fin de semana, amenizado únicamente por mi refugio y un buen té con amiga (o una buena amiga con té), de repente te paras en seco y te dices "ey, ey, ey, ¿pero qué estás haciendo? ¿a qué estás esperando? que la vida no se viene arriba sola...".
Y no sé si va a ser el final de EEE (Este Eterno Enero), que por fin se ha largado (sí, por fin te has dado cuenta, no te queríamos aquí...), pero parece ser que no soy la única en medio de una montaña rusa emocional, ni la única que está haciendo piruetas para mantenerse en pie en medio de su vida.
Así que es el momento de volver a cogerse con fuerza al positivismo y darse cuenta de que la dueña de mi vida soy yo (al capítulo de "la dueña de mi mente soy yo" aún no he llegado, tengo que seguir practicando) y de mí depende que ésta se venga arriba. De mí depende que todas esas cosas pequeñitas me sepan a mucho.
Y en ello estoy :)
Estoy de vacaciones. Música de fondo (nueva, que no conozca, porque si la conozco canto...no lo puedo evitar) y un libro -más que requetesobado- que mamá me ha
Para rematar, tengo en mi haber un billete de ida y vuelta a Granada, como derecho de reentrada durante cinco días a mi exvida de Erasmus, culpable de que yo tenga que plasmar las alegrías de la vida por estos lares. Es una pena que con esto de las compras electrónicas no pueda tener un billete tangible, pero si cierro los ojos me lo imagino calentito en mis manos, como cuando en Parma salían las cartulinas recién impresas color salmón y gris a cuadraditos que debían ser validadas en aquellas máquinas viejunas y amarillas mientras se escuchaba de fondo "Allontanarsi dalla linea gialla!".
Bastante más feliz ahora que soy consciente de esas cosillas que me rodean y que, en gran parte, están en mis manos :)
¡Feliz "Nasty Monday"!
Y reedito: ¡¿Pero qué me pasa?! Que además de todas estas ñoñeces, se me olvida lo más importante... ¡¡he aprobado psiquiatría!!